Es natural tener miedo de hacer ejercicio mientras se está lesionado. Muchas veces una persona puede pensar en el dolor que está involucrado, y decidir posponer el ejercicio hasta que la lesión esté curada. Sin embargo, hacer ejercicio correctamente mientras se está lesionado no sólo puede acelerar la recuperación, sino que también puede mejorar su nivel de condición física.

Pero primero una palabra de precaución: Busque el consejo de su fisioterapeuta antes de intentar cualquier tipo de ejercicio. Su fisioterapeuta puede diseñar un programa que le proporcione la cantidad justa de ejercicio y la intensidad adecuada. Por ejemplo, una persona que se ha sometido a una cirugía de rodilla no hará ejercicios de resistencia con pesas al principio. Su fisioterapeuta calificará su rutina para que se ajuste a su progreso, agregando pesas a medida que usted se fortalezca.

Otra razón para buscar un fisioterapeuta para su programa de acondicionamiento físico es que él/ella está consciente de las precauciones de seguridad que se deben observar con ciertas condiciones. Por ejemplo, si tienes un problema cardíaco, no serás sometido a la misma intensidad de entrenamiento que alguien que no lo tiene. Del mismo modo, si sufres de hipertensión o diabetes, se seguirán ciertos protocolos para asegurar que tu salud no se vea más comprometida por el ejercicio.

Al realizar ejercicios de fortalecimiento durante la lesión, tus músculos, tendones y ligamentos pueden fortalecerse más de lo que estaban antes de la lesión, por lo que estarás más en forma y serás menos propenso a las lesiones. Por lo tanto, tanto si es un atleta profesional como un ama de casa, el ejercicio bajo supervisión mientras está lesionado le ayudará a mejorar su nivel de condición física.